Érase.
Supongo que me has olvidado,
que corres en busca de otras bocas
aunque no te versen ninguna como yo.
Desnuda, en tu cuarto, mi libro favorito.
Supongo que nunca te lo han dicho,
aunque todos lo sepan,
que tu sonrisa hace sonreír otras bocas
y hace descubrir el brillo de otros dientes.
Aunque ninguno como los tuyos
dientes de marfil,
con tanto valor como los de elefante,
que cuando se ven es para cumplir los deseos
que ni los de león se atreven.
A mí me cumpliste.
Tan sólo me soplaste y me hiciste volar.
Supongo que tu camiseta ya no huele a mí,
que habrá pasado por mil pechos para dormir
pero no como en el mío,
que me tocaste tanto
que me hiciste sonar de nuevo la melodía
que una vez se me apagó dentro.
Supongo que sabe que tiene magia en las pestañas
que cuando quiere algo pestañea cien veces por segundo
para hacerte soñar,
pero sin dormir.
Como si en aquellos ojos desprendiera polvos mágicos.
Y qué polvos. Qué mágicos.
Debajo de las sábanas.
Y ahora entiendo por qué nunca le gusto utilizar este término:
Y ahora entiendo por qué nunca le gusto utilizar este término:
- Para qué hablar
de polvo si aquello era:
Viento, sol y agua.
Mar, tierra y fuego.
Yo me quedaba a vivir en el niño que lleva dentro,
porque la sonrisa de mi infancia aparecía de nuevo.
Y ahora supongo que te he olvidado,
que yo también corro en busca de otras bocas
aunque no encuentro ninguna que me haga versar
tanto como tú.
Vestida, en mi cuarto, mi historia favorita.
Enhorabuena Isamar,
ResponderEliminarporque al leerlo me he emocionado recordando a una persona. Y cuando lo he terminado de leer he pensado; joder, yo pagaría por leer esto.
Un saludo y a seguir así :)
Me alegra muchísimo leer esto,
Eliminarme alegra que haya hecho empatizar, de verdad.
Estos comentarios me sorprenden y me dejan muy contenta.
Gracias señor/a anónimo, mil gracias :)
Un beso!